Un Muro de la Fama de la Cocina Molecular para los Verdaderos Gastrónomos

Es más que claro que los seres humanos siempre están encontrando nuevas y emocionantes maneras de innovar, ya sea en la tecnología, viajes espaciales, increíbles vehículos o… cocinar. Es un hecho innegable que nadie quiere comer algo que no estimule el apetito, y cuando nuestro mundo es tan globalizado que fácilmente podemos comer lo mismo que comen al otro lado del planeta, las cosas pueden tornarse un poco monótonas. Pero, ¿y qué si pudieras disfrutar de platos que ya conoces y aprecias, pero de formas no antes vistas? Es justo eso lo que hace la cocina molecular. Un fenómeno que está arrasando en el mundo de la gastronomía, la cocina molecular es un movimiento que rompe las reglas e incorpora la ciencia en el arte de cocinar, presentando un plato final que no se queda corto de una obra de arte y una experiencia en sí misma.

Chefs que se doblan como científicos locos emocionan su paladar con platos increíble y delicadamente curados que no dejan nada al azar, pues han sido diseñados cuidadosamente desde sus mismísimas moléculas. No cualquiera puede ser un chef de la cocina molecular. Es un arte que requiere habilidad, la máxima atención al detalle, conocimiento de sabores y una impecable presentación.

Habiendo dicho eso, tomemos un vistazo a algunos de los más asombrosos restaurantes de cocina molecular en el mundo.

The Fat Duck, Londres

Ubicado en Londres, Inglaterra, The Fat Duck es uno de los maestros más legendarios de la cocina molecular. Abrió sus puertas en 1996 y se ha posicionado como un infaltable en la lista de los deseos de los gastrónomos. De hecho, el Chef de The Fat Duck es nada más y nada menos que Heston Blumenthal, un verdadero pionero del movimiento molecular y, si eso no es suficiente para que se te haga agua la boca y te lata el corazón acelerado con emoción, este restaurante presume orgullosamente, no una, no dos, sino tres estrellas Michelin (algo que pocos dignos pueden lograr) y tiene capacidad para 42 comensales, convirtiendo la velada en una experiencia bastante íntima y elite.

 

Como muchos de los restaurantes que verás en esta lista, es necesario hacer una reservación para poder disfrutar del ambiente de este único restaurante molecular. Sin embargo, a diferencia de muchos de los restaurantes a mencionar, The Fat Duck cuenta con una filosofía más relajada en cuanto a códigos de vestimenta, pues no impone ninguna política de etiqueta para acceder a sus instalaciones.

 

Atera, Nueva York

 

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Más que una simple comida, Atera le ofrece a sus comensales una experiencia sensorial que sumerge a algunos pocos afortunados en un océano de creatividad y poesía culinaria. Con su menú de degustación comenzando en $298 dólares por persona, Atera se encuentra en constante evolución al ofrecer cartas diferentes que siguen el patrón único de las temporadas. Con su siempre cambiante experiencia, Atera constantemente sorprende incluso a los más leales gastrónomos. Yendo más allá del sabor, el restaurante tiene como objetivo involucrar tu nariz, tus oídos y tus ojos en el arte que es el mundo de la cocina molecular. La exclusividad del restaurante encuentre su origen en su capacidad limitada del Salón Principal. Enfocado en los detalles de la experiencia, el restaurante le da la bienvenida a grupos de hasta 4 invitados, asegurando que la incomparable experiencia sea lo más privada posible.

 

 

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Atera es una experiencia gastronómica como ninguna otra, razón por la cual no cualquiera puede entrar. Las reservas se deben hacer con un mes de anticipación, ocasionando que la cena sea un evento en sí mismo. El restaurante consiste en dos áreas: el Salón Principal y la Biblioteca. El primero cuenta con una cocina abierta y un mostrador de chef, permitiendo que los comensales hagan parte de la preparación de su comida y de la magia del “detrás de escenas” que usualmente está escondida en otros restaurantes más convencionales. La biblioteca puede acomodar hasta 8 de los gastrónomos más apasionados, haciendo que tus cenas privadas sean una noche para recordar. No importa en qué salón escojas cenar, en Atera encontrarás una experiencia irrepetible que hormiguea todos los sentidos.

Norma, Copenhague

Curar un menú único no significa que se deben importar exóticos ingredientes del extranjero. Norma no sólo lo sabe, sino que ha perfeccionado el arte de explorar y descubrir ingredientes locales para hacer un menú espectacular y delicioso. Al encontrar inspiración en lo local, también aprecian la magia de lo que está de temporada, implicando que su menú sigue la naturaleza a medida que ésta cambia a lo largo del año. Por más de 20 años, Norma ha perfeccionado el arte de la innovación en la cocina. Con un equipo compuesto por más que solo personal de cocina, Norma cuenta con un equipo de jardineros, forrajeadores e investigadores.

 

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Los verdaderos fanáticos de lo gourmet saben que cenar en Norma es un lujo que pocos pueden disfrutar, razón por la cual las reservas se agotan más rápido de lo que se abren. Sin embargo, no hay por qué preocuparse, pues Norma le permite a quienes sus aspirantes comensales a unirse a una lista de espera en donde pueden juntarse con otros ambiciosos individuos en busca del placer que saben que la buena comida es uno de los lujos de la vida. Sus precios varían dependiendo del menú de degustación que desees, pero un pago anticipado de aproximadamente $560 dólares por persona es necesario para confirmar la reserva.

El Cielo, Bogotá

La escena gastronómica de Colombia ha sido sujeta a una explosión masiva e impresionante en los últimos años. Un pionero icónico es El Cielo, una exitosa experiencia gastronómica que ahora disfruta de un reconocimiento internacional con ubicaciones en Washington D.C y Miami que presumen una estrella Michelin cada una. Con una experiencia de vanguardia y platos que rompen paradigmas, El Cielo trae nueva vida a la cocina tradicional colombiana. Se enorgullecen de sus ingredientes, que, al igual que quienes los preparan, son colombianos. Su menú, como una historia, se divide en momentos, teniendo un interesante comienzo, una emocionante trama y un maravilloso final que hace que los comensales sientan una variedad de emociones.

Los menús varían dependiendo de la ubicación, pero normalmente consisten en aproximadamente 20 momentos que transportan al comensal en un viaje de los sentidos. La experiencia puede ser acompañada con una degustación de vinos, pero quienes prefieren bebidas sin alcohol también encontrarán opciones perfectas para ellos. Sean cual sean los gustos del comensal, El Cielo fascinara cada uno de sus sentidos a medida que descubre una nueva y moderna aproximación a una cocina de nicho.

STAY por Yannick Alléno, Dubai

Coronado con dos estrellas Michelin, Stay por Yannick Alléno es una experiencia de alta cocina que presenta la combinación perfecta entre lo jueguetón y el lujo. El restaurante tiene un menú de cocina francesa magníficamente curado. A diferencia de los restaurantes previamente mencionados, Stay no se limita a un menú fijo de degustación, sino que también permite a sus comensales escoger entre su menú a la carta o menús fijos de 4 o 6 tiempos. El éxito del Chef Yannick no es una sorpresa cuando se tiene en cuenta las numerosas estrellas Michelin que ha ganado en Francia, convirtiéndolo en uno de los chefs más talentosos y en un ícono cuando se trata de las nuevas tecnologías llegando a los clásicos.

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